El río Paraná atraviesa una de las bajantes más fuertes de su historia y la reducción de su caudal ya deja a la hacienda en algunas zonas de islas en una situación crítica. Los animales, en su desesperada búsqueda de agua y comida, quedan atrapados en la orilla y, debido a su deteriorado estado físico, no pueden salir y mueren. A pesar de que los productores luchan por intentar rescatarlos, no dan abasto.
La bajante del río Paraná continuará por lo menos hasta fin de año
“Llevamos 50 vacas muertas; solo quedan sus terneros. Las vacas estaban muy débiles, se empantanaron y, al intentar moverse, quedaron tiradas y debilitadas por la falta de alimento”, contó Martín Colón, productor ganadero de San Pedro, en la provincia de Buenos Aires. “Tengo 40 años y nunca había vivido una situación tan mala como esta. Es devastador, tanto emocional como económicamente, porque la pérdida de animales es enorme y la recuperación será difícil”, agregó. Tenía entre 200 y 250 animales. La crisis, según Colón, podría empeorar. En total, se estima que hay entre 8000 y 10.000 cabezas en la zona de islas de este partido informó La Nación.