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viernes 4 de octubre de 2024

La “nueva reina del rap”: es de Paraná, tiene 15 años y vive en una residencia juvenil

Samira o Roxy VR, por su nombre artístico, vive desde los 12 años en la residencia “Mujercitas” de Paraná. Escribe contra el maltrato, el bullying y los abusos y ganó un concurso de UNICEF.

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Samira o Roxy VR, por su nombre artístico, vive desde los 12 años en la residencia “Mujercitas” de Paraná. Escribe contra el maltrato, el bullying y los abusos y ganó un concurso de UNICEF.

No hay una Josephine March que se encierre a la luz de una vela para escribir obras de teatro como en la novela estadounidense de 1868, pero Samira Luque, alias Roxy VR, no se queda atrás. Con 15 años, pasa horas metida en la sala de computación grabando con el celular las rimas de sus canciones.

Hizo un tema que conmovió tanto a sus compañeras del hogar, a las que considera sus “hermanas”, así como a un jurado integrado por Tiago PZK y Bhavi, junto a Las Chicas del Free, un colectivo que busca impulsar la participación de las mujeres en el Hip Hop.

“Cuando me pongo a improvisar, me desahogo mucho, casi como si me quitara un peso de encima”, cuenta a Clarín la ganadora de una de las categorías del concurso Rap Digital, organizado por UNICEF, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, del Ministerio de Desarrollo Social, y la asociación Faro Digital.

Entre 400 canciones que recibieron los organizadores del certamen, su tema sobre el cyberbulling fue uno de los dos premiados con un viaje a Buenos Aires para grabar un videoclip en la productora Mueva Records.

Para Samira, fue la primera vez de salir de Paraná, de viajar en un micro de larga distancia, de dormir en un hotel, de estar en Buenos Aires y, por supuesto, de producir una canción propia en un estudio profesional.

Lo más importante: llevar su experiencia de vida y un mensaje en contra de la violencia y la discriminación a una mayor escala.

Hermanas en el rap

La Residencia Mujercitas es una casa chorizo pintada de tonos tierra con muchas habitaciones y algunos metros de pasto. En la institución, que depende del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), también hay árboles y una de esas palmeras que crece a lo ancho.

Cada tanto, alguna de las chicas reproduce en el celular una base rítmica y, entre varias, se ponen a improvisar. No todas saben rapear, pero es una forma de pasar el rato, entre mate y mate.

“Acá sólo dos gurisas rapean de verdad, pero cuando estamos aburridas nos ponemos a rapear entre todas. Somos como una familia, en la que si tocan a una, nos tocan a todas. Somos hermanas, porque por sobre todo está el amor, los consejos de las más grandes y compartir todo”, cuenta Samira.Priscila (13) se enfrenta a Samira "Roxy VR" (15) en el patio del hogar "Mujercitas", en Paraná. Foto: Unicef - José Brasesco

Priscila (13) se enfrenta a Samira "Roxy VR" (15) en el patio del hogar "Mujercitas", en Paraná. Foto: Unicef - José Brasesco

La adolescente se toma la música en serio. Cuando puede, va a un taller o participa en eventos del género. “Es dedicada. Anota todas sus rimas en un cuaderno”, detalló una de sus compañeras.

Priscila, de 13 años, asiente: “La Sami viene hace rato con este sueño de hacer música. Nos prometió que cuando fuera famosa, nos iba a llevar a pasear por el mundo”.

A un costado, Natalí (17) la describe como “una chica que persevera por sus sueños. Tuvo muchas batallas en la vida y la música es como su vía de escape”.

En minutos, las chicas se van a abrazar al ver por primera vez el videoclip terminado. Samira (15) vio su videoclip terminado junto a sus compañeras y las trabajadoras del hogar. Foto: Unicef - José Brasesco

Samira (15) vio su videoclip terminado junto a sus compañeras y las trabajadoras del hogar. Foto: Unicef - José Brasesco

“Estoy feliz, porque estoy acá/ Al fin encontré la felicidad acá/ la familia que nunca tuve está acá/ Todas son mis hermanas y siempre van a estar en mi corazón”, improvisa Samira. Su nombre artístico o AKA (also known as, en inglés) es Roxy por el personaje de un videojuego y VR es por “verdadero ritmo”.

“Rapeo desde los 9 años, porque tenía mucho conflicto con mi mamá. Ella me insultaba y a mí me daba miedo contestarle y que fuera peor, así que cantaba”, cuenta.

Un día, Youtube le sugirió, entre cientos de miles de videos, una batalla de gallos, como se llaman las competencias de freestyle. Apretó play y empezó el enfrentamiento.

Eran Replik y Trueno, dos exponentes que marcaron un antes y después en su vida. Empezó a buscar más videos. No iba a de palabras difíciles, sino de sacar lo que sentían en forma de rimas, de ponerle cadencia e interpretar. Samira empezó a probar, a escribir letras.Samira (15) improvisa rimas junto a sus "hermanas" en el hogar Mujercitas. Foto: UNICEF/ José Brasesco

Samira (15) improvisa rimas junto a sus “hermanas” en el hogar Mujercitas. Foto: UNICEF/ José Brasesco

“Me costaba mucho hablar de lo que me pasaba. La música para mí es largar lo que siento para descargarme. También sé que hay gente con situaciones mil veces peores y que necesitan saber que hay alguien que los entiende”, reflexiona. 

“Yo sé lo que es pasarla mal”

En esta tercera edición, el concurso Rap Digital buscó generar conciencia en torno a los riesgos en Internet, como el ciberbullying, el grooming, la difusión de imágenes sin consentimiento y el cuidado de la huella digital. Para participar, las y los jóvenes de 12 a 21 años, enviaron un video de hasta 60 segundos con letra original sobre alguna de estas temáticas.

La canción con la que se presentó Samira o Roxy VR se enfocó en los riesgos del cyberbulling desde un lugar muy personal. “Daños psicológicos, también físicos, inseguridad, comentarios que van de más, todo eso puede llegar a la autodeterminación, donde la persona dice ‘todo se acabó, nadie me va a querer, es mejor que diga adiós'”.

Samira (15) vive desde los 12 años en un hogar para adolescentes, tras vivir situaciones de maltrato. Foto: Unicef – José Brasesco

Para la producción musical del tema, se organizaron varias videollamadas con talleristas que la acompañaron a sumar letra. La canción incorporó una nueva frase, relacionada más al crecimiento personal y la manera en la que la adolescente se enfrenta a la discriminación y los problemas: “Vayan avisando que vengo más respaldada, no voy a ignorar cuando suenen esas alarmas”.

“Yo sé lo que es estar sola y pasarla mal”, cuenta Samira, que vive hace tres años en Mujercitas. “Llegué a los 12 años. Hasta entonces había vivido con mi mamá, pero me cansé de todos los insultos. Ella se desquitaba conmigo, cuando pasaba un mal momento. Me decía de todo”.

Se escapó de la casa, vivió 30 días con otros familiares y volvió, pero nada mejoraba por lo que se decidió quedar en la residencia. 

“Siempre mi mensaje a las personas que sufren es que hablen con un adulto, que no se queden callados ni permitan las cosas malas que les pasan, que busquen ayuda de donde sea, porque terminás haciendo cosas de las que te vas a querer arrepentir toda la vida. Yo lo hice y todo por quedarme callada”, asegura."Somos como una familia", cuenta Samira (15) sobre sus compañeras en la residencia. Foto: Unicef - José Brasesco

“Somos como una familia”, cuenta Samira (15) sobre sus compañeras en la residencia. Foto: Unicef – José Brasesco

Según un estudio de UNICEF, el 76% de las y los adolescentes con acceso a Internet considera que pasa más tiempo frente a las pantallas respecto al período previo a la pandemia por Covid. Eso puede dar lugar a experiencias negativas.

En el marco del concurso, se llevaron a cabo una serie de talleres, tanto en modalidad remota como presencial, sobre derechos y convivencia sana en el mundo digital que llegaron a más de 200 adolescentes de todo el país.

Sobre la canción, asegura, que no cree que sea “mucho”, pero es su forma de decirle a otros “que no están solos, porque por más se traguen la angustia, van a terminar explotando de una u otra manera”.

La música -seguir cantando, componer, participar de batallas de gallos, viajar para estar en distintos escenarios y grabar temas- es el futuro que anhela, pero no lo único: “También pienso estudiar para ser psicóloga de adolescentes, porque yo he pasado muchas cosas en la infancia y lo que más me motiva es ayudar a los demás”. Con el rap, lo está logrando.

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