Este martes murió la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú. La reconocida escritora y locutora tenía 91 años.
Su último trabajo había sido en Radio Mitre, donde conducía un ciclo los sábados por la mañana y pasaba algunos de los temas clásicos que la emocionaban. Pero sus comienzos se remontan a la década del 50.
En las últimas semanas, había estado ausente de su programa en Radio Mitre por su estado de salud. “Junto a Miguel y Nicolás Wiñazki, en sus últimos años estuvo al frente de ‘Magdalena y la noticia deseada’. Previamente, había conducido ‘Magdalena Tempranísimo’ (1987 – 2006) y también había formado parte de ‘Lanata Sin Filtro’ en su regreso a la radio en 2014″, detallaron desde la emisora.
Este año en una entrevista recordó que la primera nota que la convirtió “oficialmente” en periodista fue una conversación con la contralto estadounidense Marian Anderson. A lo largo de su trayectoria fue galardonada con 15 premios Martín Fierro.
Su desembarco en radio se dio de la mano de su amigo Cacho Fontana, que la sumó a su Fontana Show de Radio Rivadavia y a su Videoshow de Teleonce. En ese momento trabajaba como movilera en Canal 7, cuando el referente radial la “descubrió”.
Ganadora de los premios Konex de Brillante y Platino, fue una activa defensora de los derechos humanos. Integró la CONADEP que elaboró el informe Nunca Más, con el objetivo de esclarecer los hechos ocurridos durante la dictadura militar instaurada en la Argentina en 1976.
En la entrevista publicada en mayo en Clarín, se tomó un momento para describir la enorme pasión que la unía con su profesión que abrazó desde su juventud. “El periodismo es mi vida misma. ¿A quién le importa en que año nací? A nadie. Lo importante es lo que estoy haciendo, fijate en las mediciones de Mitre, seguimos a la cabeza. Lo que importa es pasarlo bien. No me pongo a pensar cuántos años tiene cada uno. El que no está conforme con su edad, lo debe pasar mal. Yo estoy muy conforme, tengo más de 90″, contó en mayo.
En el perfil que publicó la Fundación Konex tras premiarla, se destaca que “en 1980 le concedieron la Orden del Mérito de Polonia por la cobertura del papa Juan Pablo II. La República de Francia le otorgó en 1984 el Caballero de la orden del Mérito de Francia por su defensa de los derechos humanos y libertad de prensa, luego en 1994 la Legión de Honor de aquel mismo país y la Orden del Mérito de Italia, ambas en el grado de Oficial”.