Con la aparición de la pandemia de coronavirus en 2020, el distanciamiento social recomendado por las autoridades sanitarias en todo el mundo hizo que algunas costumbres argentinas se posterguen. El beso para saludar, los abrazos y el mate compartido se tomaron un tiempo de descanso.
Sin embargo, con la flexibilización de la mayoría de las restricciones sociales y sin la obligación del uso del barbijo, cada vez hay más familiares, amigos y compañeros que decidieron volver a las viejas costumbres de la pre pandemia.
El beso en la mejilla para saludarse forma parte de la cultura nacional. En Argentina, este saludo no sólo se produce durante los encuentros entre familiares o amigos, sino también a la llegada al trabajo o a las escuelas y universidades, entre colegas. En Internet proliferan los foros en los que miles de extranjeros se preguntan por qué los hombres argentinos se besan tanto. Los especialistas dicen que no siempre los hombres se saludaron con besos en Buenos Aires y que más bien es una costumbre que se instaló tímidamente en los 70 y a partir de los 90 se generalizó. Incluso, se hizo costumbre enviar besos por teléfono, e-mails y más adelante mensajes de texto al finalizar una conversación.
“La realidad pandémica nos obligó a ceder obligatoriamente a muchas situaciones de la vida cotidiana, que en parte son singularidades de la cultura local de cada grupo comunitario, pero a la vez parte del lazo social en que está constituido el ser humano, más allá de las características de su entorno cultural y su época”, aseveró el psicólogo Jorge Catelli (MN 19868), miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Y agregó: “Recibir del otro su proximidad, su afecto físico y su contacto, pasó a ser repentinamente una amenaza para la propia salud y la posibilidad de transformarse en un multiplicador de esos riesgos. Los besos, evocando aquella incorporación inicial del ser humano indefenso y necesitado, pasaron a ser el escándalo del riesgo asegurado al contagio”.
La costumbre del beso fue prohibida en Inglaterra y Francia en el siglo XIV para combatir la plaga y realmente no regresó durante varios siglos. También se suspendió en 2009 por la gripe porcina. A medida que el nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, se afianzaba, los funcionarios de salud de todo el mundo instaron a las personas a poner una pausa a los apretones de manos y los besos sociales.
Qué actitud tomar en el retorno de los besos y el mate
El doctor Ricardo Teijeiro, médico infectólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), sostiene que “hay que manejarse con el sentido común y es lógico que a medida que los casos bajan retomemos la vida que teníamos antes y con ella nuestros viejos hábitos”. Pero también advirtió: “Sin embargo, todavía tenemos circulación viral y en los últimos días esta empezó a incrementarse. Creemos que va a seguir aumentando aunque sin riesgos porque no hay grandes complicaciones en los pacientes. Sí están circulando otros virus respiratorios, además del SARS-CoV-2, y mantener la distancia y no estar besándonos por ahí previene el contagio de la mayoría”.
El Ministerio de Salud informó que en la última semana, del 24 de abril al 1° de mayo, se registraron 111 fallecimientos por coronavirus y 11.443 contagios. En comparación con la semana anterior, las muertes descendieron un 44% y los infectados subieron un 1,2%.