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Los agradecimientos

El chiquito tiene dos dientes en la encía de abajo y unos cuatro arriba que asoman como graos nuevos. Mientras busco su campera o junto fibras de colores, me cruza con la velocidad que aventan sus piernas subido a una motito amarilla y roja. Dice brrrrmmm, dice mamá, dice nooo. Hoy nos sorprendió diciendo gracias.

El chiquito que absorbe el mundo en silencio con poquísimas sílabas, mientras todos hablamos mucho y hacemos al lenguaje ocupar todas las sillas, eligió entre las palabras más próximas a su oído la del gesto que nos convoca en una mirada.

Gratiat, suena en él como una bienaventuranza mística, pienso mientras lo miro ir y venir, señalar frutas, extender la mano con la palma abierta y repetir el además sin cansarse. Gracias mientras le llenamos el puño con cosas que pueden gustarle, con la fiebre en nuestra piel, para que nos contagie esa gratitud primera.

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