La casa de Soledad Andino en calle Liniers y Pringles de Victoria quedó vacía luego de que la mujer de 41 años fue asesinada por su ex pareja Diego Albornoz (46) este lunes en las primeras horas de la mañana. La modesta vivienda se encuentra con custodia policial durante las 24 horas.
La ventana del frente rota y tapada con un plástico negro evidencia la intrusión de Albornoz.
Debería ser arreglada sólo después de que concluyan las pericias e investigaciones judiciales del femicidio, que no dejó dudas respecto de su autoría y que podría haber sido evitado.
Mientras policías resguardan el lugar del crimen hasta que concluyan los peritajes, la sociedad de Victoria marcha en reclamo de Justicia por el femicidio y de la renuncia de la fiscal Flavia Villanueva, que elaboró el acuerdo judicial para que Albornoz sea condenado pero quede en libertad.
La Asamblea Transfeminista local convocó a marchar este jueves a las 10:00 desde la Plaza San Martín a la Unidad Fiscal y luego a las 19 al Concejo Deliberante. En la primera marcha reclamarán la renuncia de la acusadora pública, mientras que a los concejales le pedirán que se declare la emergencia en violencia de género. También pedirán que la Municipalidad “destine todo el presupuesto y recursos necesarios” para atender la crítica situación.
El grupo lo conforman la Asociación Madres Protectoras, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la Asociación Civil Taller Flotante, Río Feminista, Fuerzas de la Tierra, Orilleras, Diversidad, Mujeres y Disidencias en Lucha y vecinos autoconvocados.
Femicidio anunciado: las amenazas previas y la libertad condicional del asesino de Soledad
Un femicidio anunciado
Albornoz acechaba, perseguía y amenazaba a Soledad desde diciembre del año pasado. Ya en noviembre la Justicia le había impuesto una prohibición de acercamiento y de molestarla. Ella lo había denunciado porque la violentaba. Pero Albornoz, carnicero, padre de dos hijos, no hacía caso a las restricciones judiciales.
Una noche la persiguió en moto por varias cuadras hasta que vio a la Policía y huyó. Una mañana entró a la fuerza hasta la casa de ella y la amenazó de muerte para que retire la denuncia contra él. La ató a la cama hasta que Soledad, para calmarlo, le dijo que haría lo que él le exigía.
Otra madrugada la interceptó en la calle y la obligó a ir a la casa de ella. Albornoz estaba armado con un cuchillo. Soledad alcanzó a mandarle un mensaje a una amiga, que avisó a la Policía. Cuando los uniformados entraron a la casa, Albornoz estaba escondido abajo de la cama.
El 6 de mayo el violento había sido condenado por amenazas, privación ilegítima de la libertad y desobediencia judicial, luego de un acuerdo de juicio abreviado entre la fiscal Villanueva y la defensa oficial del violento, homologado por el juez Luis Márquez. La pena fue de dos añs y medio de prisión en suspenso y Albornoz quedó en libertad condicional.
Una semana después, en la madrugada del lunes 12 de mayo, el violento condenado fue hasta un evento donde estaba Soledad a acosarla. Ella le avisó al personal de seguridad que tenía una orden de restricción y no le dejaron pasar. Ella volvió pasadas las 5 a su casa, le avisó a su hermana que estaba bien y se acostó a dormir.
Un rato después Albornoz rompió la ventana del frente, fue hasta el dormitorio y la mató a puñaladas. Después le avisó a su actual pareja lo que había hecho y se apuñaló a si mismo, intentando quitarse la vida. La Policía lo encontró casi muerto y lo llevó al hospital. Desde entonces está en terapia intensiva, grave.
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